En la travesía de la vida, nos encontramos constantemente ante la necesidad de explorar nuevas perspectivas, de crecer y de manifestar nuestras metas y deseos. En este viaje de autodescubrimiento, una herramienta poderosa y subestimada es la capacidad de formularnos buenas preguntas. Teniendo en cuenta que somos energía y vibramos en distintas sintonías a lo largo del día este proceso de preguntas no solo es esencial para la expansión personal, sino que también se alinea con las infinitas posibilidades que existen en la vida desde la atracción y la vibración.
La importancia de hacerse preguntas poderosas conexiona la mente, la realidad, y la forma en que nuestras creencias y pensamientos pueden influir en nuestra experiencia de vida. Esto es clave para desbloquear potenciales ocultos y avanzar hacia la realización personal.
Por lo tanto, es esencial comprender “la importancia de la mente en la manifestación de la realidad”
Para que comiences con este proceso te doy 10 ejemplos de preguntas transformadoras:
¿Qué me tomaría para tener más pensamientos capacitantes?
Estas preguntas, en su esencia, van más allá de la simple búsqueda de respuestas; son herramientas para desencadenar procesos internos que pueden conducir a transformaciones significativas en la forma en que experimentamos la vida.
Al abrazar la importancia de hacerse preguntas significativas, abrimos la puerta a la posibilidad de vivir una vida más plena, consciente y alineada con nuestros verdaderos deseos.
En este viaje, te invito a que explores la conexión entre las preguntas y su sincronización con la manifestación de una realidad más rica y satisfactoria.
El destacado psicólogo suizo, Carl Gustav Jung, presentó la noción de que la psique está conformada por diversas partes, siendo una de ellas el “niño interior”.
En la psicología jungiana, el concepto de “niño interior” se refiere a una faceta de la psique humana que encarna las vivencias y expresiones de la infancia dentro de la psique adulta. Más allá de la edad cronológica, este concepto aborda las experiencias emocionales, las heridas, las alegrías y los patrones de comportamiento formados durante la infancia,los cuales continúan influyendo en la vida del individuo adulto. Tanto las experiencias positivas como las negativas impactan en la relación de una persona consigo misma y con los demás.
En mi práctica diaria, aplico diversas técnicas para explorar y trabajar con el niño interior. Esto incluye la imaginación activa como medio de conexión, el diálogo interno para proporcionar recursos desde el entendimiento actual de la vida, la introspección como medio de conocimiento, y la regresión a la infancia para abordar vivencias con herramientas más constructivas.
“Hoy te voy a contar el caso de Juan Pablo, un hombre que conocí dando sesión en Granada, y quien tenía una marcada baja autoestima y un pasado marcado por la ausencia de su padre.
Juan Pablo estaba muy comprometido con su autodescubrimiento a través de la terapia del niño interior. En tres sesiones que hicimos, se sumergió con plena confianza en ejercicios destinados a escuchar, brindar atención, dedicar tiempo, ofrecer sostén, apoyo, valoración, amor y compasión a su niño interior.
A medida que exploraba sus experiencias de infancia, Juan Pablo se permitió conectar con las emociones reprimidas y las heridas emocionales que habían moldeado su percepción de sí mismo. A través de la visualización, la cognición, el cambio de creencias limitantes con psych-k, la reprogramación del subconsciente y el diálogo interno, comenzó a reconstruir la relación con su niño interior, proporcionándole la atención y el afecto que necesitaba en ese momento crucial de su vida.
Con gran alegría Juan Pablo experimentó cambios notables en su vida. Su autoestima se fortaleció gradualmente, permitiéndole enfrentar los desafíos diarios con mayor confianza. La toma de decisiones se volvió más fundamentada en su seguridad interior, y su capacidad para establecer límites saludables en sus relaciones mejoró significativamente. (¿Te suena todo esto?)
También logró mirar hacia atrás en su vida pasada con más paz y neutralidad.
Este proceso terapéutico no solo transformó la percepción que Juan Pablo tenía de sí mismo, sino que también impactó positivamente en su calidad de vida y relaciones interpersonales.”
La falta de conexión con el niño interior da lugar a diversos problemas psicológicos y emocionales, como bloqueo emocional, patrones de comportamiento repetitivos, falta de autenticidad, ausencia de límites sanos, dificultades en las relaciones, falta de creatividad y juego, así como importantes problemas de autoestima.
Para abordar estos problemas, enfatizo la importancia de reconectar con el niño interior mediante ejercicios como la visualización. Este ejercicio implica encontrar un lugar tranquilo, respirar profundamente, visualizar un lugar seguro, invitar al niño interior, establecer una conexión amorosa, y mantener una conversación positiva y alentadora. Podrás ver algunos ejercicios en este blog y en mi canal de instagram.
Considero que la terapia del niño interior es esencial para sanar heridas emocionales y fomentar el crecimiento personal.Trabajar en esta conexión no solo mejora la salud mental, sino que también fortalece las relaciones y promueve un sentido profundo de equilibrio interno.
Te invito a compartir tus experiencias al respecto.
Estrategias de Psicología Jungiana para Sanar Emociones y Mejorar la Salud Mental
En el fascinante mundo de la psicoterapia, las Técnicas de Integración Cerebral (TIC)han emergido como una herramienta poderosa y transformadora, basándose en principios neurocientíficos sólidos. Estas técnicas, cada vez más populares, han demostrado su eficacia en el cambio de creencias arraigadas, la liberación de traumas emocionales, la transformación de patrones de comportamiento negativos, la superación de adicciones, duelos y un sin fin de situaciones complejas a nivel emocional. En este artículo, exploraremos cómo las TIC han conquistado los primeros puestos en el ámbito terapéutico, destacando su simplicidad y profunda eficacia, como hemos comprobado desde nuestra especialización en Tic desde Emoción Positiva.
Las Técnicas de Integración Cerebral se fundamentan en la premisa de que el cerebro humano tiene una notable plasticidad, es decir, tiene la capacidad de reorganizarse y adaptarse. Estas técnicas se apoyan en la comprensión de la neuroplasticidadpara abordar y modificar patrones mentales y emocionales.Cuando aplicamos las Tic en la sesión terapéutica utilizamos un enfoque holístico que involucra la estimulación de diversas áreas del cerebro para propiciar cambios positivos y duraderos en el comportamiento y la salud mental.
Principios neurocientíficos en acción
Las TIC se basan en la aplicación de estímulos sensoriales, cognitivos y emocionales que tienen como objetivo activar regiones específicas del cerebro.
Las Técnicas de Integración Cerebral (TIC) incorpora el EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares). EMDR utiliza la estimulación bilateral, como movimientos oculares guiados, para facilitar el procesamiento adaptativo de recuerdos traumáticos, ayudando a reducir su impacto emocional y transformar las respuestas negativas asociadas, contribuyendo así a la integración cerebral y la recuperación emocional. Esta técnica busca desbloquear y reorganizar las memorias perturbadoras a nivel cerebral, permitiendo a la persona superar traumas y experiencias difíciles.
Así mismo trabaja con la sincronización de ondas cerebrales, utilizando estímulos auditivos o visuales para armonizar la actividad cerebral y por tanto realizar unos cambios más profundos en la psique.
Cambio de creencias a nivel neural
Como terapeuta enfocada y dedicada en el cambio de creencias a través de herramientas como el Psych-K, mi enfoque se complementa con las Técnicas de Integración Cerebral.
Las TIC permiten identificar y modificar las conexiones neuronales que respaldan creencias limitantes, potenciando así la efectividad en la transformación profunda de patrones mentales arraigados. Este enfoque holístico, basado en principios neurocientíficos, ofrece a los individuos reconfigurar sus percepciones, liberándolos de pensamientos negativos y fomentando una mentalidad más empoderada.
Cuando se trata de traumas, las TIC buscan desbloquear las respuestas emocionales almacenadas en el cerebro, facilitando la liberación y el procesamiento de experiencias traumáticas. Estimulan áreas específicas relacionadas con la gestión del estrés y la emoción, allanando el camino hacia una curación profunda y duradera.
Transformación de patrones de comportamiento a nivel neuronal
En la transformación de patrones de comportamiento, las TIC se enfocan en desvincular las conexiones neuronales que sostienen comportamientos no deseados. Al emplear técnicas que activan y fortalecen regiones cerebrales asociadas con el autocontrol y la toma de decisiones, estas técnicas capacitan a los individuos para adoptar comportamientos mucho más capacitases.
Superación de adicciones a través de la reconfiguración cerebral
En el caso de las adicciones, las TIC trabajan para reorganizar los circuitos neuronales implicados en el impulso adictivo. Este enfoque no solo aborda la dependencia física, sino que también se sumerge en las raíces emocionales y cognitivas de la adicción, ofreciendo a la persona una ruta integral hacia la recuperación.
En resumen, esta herramienta se convierte en un viaje transformador que aprovecha la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse.
Los elogios de expertos y pacientes respaldan la eficacia y simplicidad de estas técnicas, consolidándolas como líderes indiscutibles en el campo de la terapia moderna.
Hoy te traigo un tema que tratamos en consulta prácticamente cada día: “el padre ausente en la mujer adulta”.
La influencia de la ausencia paterna en la infancia resuena de maneras complejas en la vida de una mujer adulta, afectando no solo su autoestima, sino también sus relaciones afectivas. En este artículo exploraremos cómo la ausencia paterna se manifiesta y cómo estas heridas emocionales impactan en la construcción y sostenimiento de relaciones de pareja, así como en la autoestima, el valor propio y la confianza. Ni más, ni menos.
¿Cuáles son algunas de las manifestaciones de la ausencia paterna?
La ausencia paterna no siempre se presenta de manera obvia; sus expresiones pueden ser sutiles pero impactantes. Además de la negligencia emocional y la falta de apoyo afectivo, las manifestaciones adicionales pueden incluir desconfianza en las relaciones, perfeccionismo excesivo, miedo al abandono, autoaislamiento emocional y dependencia emocional.
Esto impacta profundamente en la vida adulta de varios modos:
Desafíos en las relaciones:
La desconfianza y el miedo al abandono complican la formación de relaciones saludables. Las mujeres con dicha herida, tienden a atraer a parejas que replican patrones disfuncionales, perpetuando ciclos de relaciones que no perduran.
Percepción distorsionada de uno mismo:
La ausencia paterna contribuye a una autoimagen distorsionada, afectando la autoestima y la valoración personal. Esto puede llevar a la elección de parejas poco saludables en un intento de obtener validación externa.
Dificultades en el compromiso:
La evasión de compromisos emocionales también se manifiesta como una respuesta a la falta de compromiso paterno. Esto dificulta la construcción de relaciones duraderas y exitosas.
¿Cómo sanar las heridas?
Realmente ese será sin duda, un viaje hacia la autoestima y relaciones saludables.
Desde mi experiencia, te propongo algunas prácticas para que comiences dicho viaje y sea exitoso!
Terapia emocional:
La terapia es un paso fundamental hacia la sanación. Abordar las heridas emocionales con la ayuda de un profesional proporciona herramientas para superar patrones destructivos y fortalecer la autoestima. Acceder a una visión externa sobre uno mismo y cambio de creencias limitantes, ayuda a identificar situaciones y patrones que antes no pudimos ver y por tanto solucionar.
Construcción de una red de apoyo:
Se que has leído o escuchado esto muchas veces, pero en serio, no sabes lo importantísimo que es! Desarrollar conexiones significativas con amigos, familiares y grupos de apoyo es esencial. Estas redes ofrecen un entorno de comprensión y apoyo necesario para la que tu avance sea más rápido y firme, además de seguro.
Prácticas de autocuidado:
Adoptar hábitos de autocuidado, como la meditación, las respiraciones conscientes y el ejercicio regular, contribuyen al bienestar emocional y físico. Estas prácticas fortalecen la autoestima y la confianza en uno mismo y además te aportan visiones distintas a las tenidas hasta entonces.
Reconstrucción de la autoestima:
El trabajo conscientemente en la reconstrucción de la autoestima es otro factor fundamental. La manera en la que te hablas te reprograma, y por tanto enfocarte en mantener diálogos contigo mismo más alentadores y positivos es esencial para superar las dudas internas y avanzar con firmeza y felicidad.
Desarrollo del amor propio:
¿Celebras tus logros personales? Aunque sean pequeños es un ejercicio fabuloso. Cultivar el amor propio implica reconocer y celebrar las propias fortalezas y logros. Este proceso es tan importante porque fortalece la base para relaciones futuras más sanas y equilibradas.
Reconocer patrones de relaciones pasadas y tomar decisiones conscientes en la elección de parejas es esencial. Además este reconocimiento también aplicaría en relaciones amistosas, ya que la autoconciencia es la clave para romper ciclos destructivos.
Aprender de las experiencias:
Reflexionar sobre las experiencias pasadas te proporcionará valiosas lecciones que serán muy útiles en tu crecimiento personal y la toma de decisiones más informada en el futuro. En este punto, si te cuenta aprender de las vivencias pasadas, te aconsejo tomar una flor de Bach llamada “Chestnut Bud”.
Al abordar estas heridas con empatía y enfoque, las mujeres fortalecen su autoestima, valor propio y confianza, estableciendo bases sólidas para un futuro de relaciones afectivas y satisfactorias.
Este viaje no solo transforma el pasado, sino que también allana el camino hacia un presente pleno, armonioso y un futuro prometedor.
Afortunadamente, la kinesiología se ha convertido en una herramienta esencial en mi práctica terapéutica. Al utilizarla, he descubierto que va más allá de una simple técnica; es una ventana directa hacia la conexión entre el cuerpo y la mente.
Hoy me gustaría hablarte de una de las experiencias más reveladoras que he vivido pues considero te será de utilidad e incluso te sientas identificado.
Fue con Rocío, una mujer de mediana edad, que vino buscando cambiar patrones de autoestima dañinos. En el proceso, la kinesiología reveló un estrés acumulado que estaba afectando su bienestar de maneras inesperadas. Definitivamente había muchísimo estrés en sus sistema.
Durante la sesión, decidimos abordar las creencias limitantes relacionadas con su autoestima. Mientras explorábamos estas creencias, noté que su cuerpo reaccionaba de una manera peculiar: comenzó a bostezar de manera repetida una y otra vez.
El bostezo como indicador de estrés:
El bostezo, a menudo es pasado por alto por los pacientes, pero yo sé que es una forma natural y necesaria, que tiene el cuerpo para liberar tensiones y relajarse.
El bostezo en este contexto no era un simple signo de cansancio, sino una respuesta fisiológica al estrés que se estaba liberando. La kinesiología me mostró que su sistema estaba reaccionando al abordar ciertos temas, indicando la presencia de tensiones emocionales y mentales acumuladas por mucho mucho tiempo.
Liberación de estrés, transformación y avance personal:
A medida que explorábamos más a fondo, Rocío comenzó a compartir experiencias pasadas que nunca había abordado completamente. La kinesiología actuó como una brújula, señalando áreas específicas de tensión que necesitaban atención, emociones bloqueadas, etc.
Trabajamos en la liberación de esas tensiones utilizando técnicas terapéuticas centradas en la kinesiología, cognición, creencias, descompresión de la amígdala, bloqueo emocional y más. A medida que lo hacíamos, los bostezos se intensificaron, y sentíamos cómo el estrés acumulado se liberaba gradualmente. Fue un proceso catártico, como si su cuerpo estuviera soltando el peso de años de presión emocional.
El cambio desde dentro:
Definitivamente Rocio experimentó una transformación notable. Después de la sesión, describió una sensación de ligereza y claridad que no había sentido en mucho tiempo. Este proceso no solo impactó su autoestima, sino que también le proporcionó la capacidad de actuar desde un lugar más auténtico y centrado.
La lección aprendida fue clara: la kinesiología no solo nos muestra el estrésoculto, sino que también ofrece un camino para liberarlo y permitir la transformación personal. Al abordar no sólo las creencias limitantes, sino también el estrés subyacente, podemos abrir la puerta a una vida más equilibrada y auténtica.
En mi práctica, la kinesiología ha demostrado ser un aliado valioso, guiándome hacia un enfoque holístico que honra la conexión entre el cuerpo y la mente en el viaje hacia el bienestar emocional y la autenticidad personal. ¿Te animas?
En el bullicio de la vida cotidiana, encontrar un equilibrio emocional puede parecer un desafío insuperable. Sin embargo, la práctica del no juicio, la neutralidad y la presencia ofrece herramientas concretas y científicamente respaldadas para mejorar la calidad de vida, incluso para aquellos que no son asiduos meditadores o introspectivos.
La ausencia de juicio implica liberarse de preconcepciones y evaluaciones automáticas, permitiendo una perspectiva más abierta y compasiva hacia los demás y uno mismo. La neutralidad, por su parte, nos invita a ser observadores imparciales de nuestras emociones y pensamientos, fomentando una respuesta más equilibrada a las situaciones de la vida.
Me dirás que te resultan, cuanto menos complicadas, dichas prácticas. Si, lo escucho a diario a pacientes y alumnos. Pero ante eso existe una gran aliado: La práctica.
En uno de mis viajes a Palma de Mallorca recuerdo atender a Armin, un chico Alemán que “huía” de convertirse en una persona tan crítica como lo había sido su madre (quizá te resulte familiar). A través de ejercicios que le ayudaron a cambiar patrones heredados y creencias limitantes, Armin, con mucha intriga y diversión, se puso a practicar la neutralidad y el no juicio. Después de simplemente 10 días de práctica sus palabras fueron “No sé cómo he podido gestionar mi vida antes sin esta nueva perspectiva que tomo ahora”
Numerosos estudios respaldan los beneficios del no juicio y la neutralidad en la salud mental, reduciendo el estrés y la ansiedad. Además, la presencia, o la capacidad de estar plenamente en el momento presente, ha demostrado fortalecer la resiliencia emocional y mejorar la concentración.
Aplicar estos principios de manera práctica implica, por ejemplo:
“Tomar pausas breves durante el día para respirar conscientemente y observar nuestros pensamientos sin juzgarlos.”
La implementación de estos hábitos simples pero poderosos transforma la experiencia diaria, mejorando la gestión del estrés y fomentando relaciones más saludables.
Desde una perspectiva holística, estas prácticas no solo benefician la salud mental, sino que también contribuyen al bienestar espiritual. Al adoptar una actitud de no juicio, neutralidad y presencia, se crea un espacio para el crecimiento personal y la conexión con dimensiones más profundas de uno mismo, de la existencia y de nuestra verdadera naturaleza energética.
En la búsqueda de mejoras emocionales, estas prácticas se han integrado en enfoques terapéuticos contemporáneos, como la terapia cognitiva-conductual, respiraciones, terapia integrativa subconsciente y el mindfulness. Los terapeutas que incorporamos estos principios ofrecemos herramientas adicionales para enfrentar los desafíos diarios, saboteo emocional y promover una transformación positiva, profunda y permanente en el tiempo.
Para aquellos que buscan información práctica y científicamente respaldada, estos principios se presentan como una valiosa alternativa, accesible para todos. En el mundo de terapias la inclusión de estas prácticas es un factor diferenciador para aquellos que desean abordar sus problemas desde un enfoque integral y efectivo.
La práctica del no juicio, la neutralidad y la presencia no solo es beneficioso para la salud mental, sino que también abre puertas hacia una vida más plena y significativa. Al adoptar estos principios de manera práctica y constante, incluso aquellos menos familiarizados con la meditación o la introspección experimentarán mejoras notables en su bienestar emocional y espiritual.
En la encrucijada de la vida moderna, la práctica del no juicio, la neutralidad y la presencia emerge como un faro de serenidad y transformación.
Con más de una década de experiencia, mis sesiones de terapia holística fusionan la efectividad comprobada con la simplicidad en las prácticas, guiándote hacia una transformación profunda y duradera. No solo te embarcarás en un viaje hacia el equilibrio interior, sino que también encontrarás la clave para una vida plena y significativa ¿A qué esperas?
Carl Gustav Jung, un influyente psicólogo suizo, introdujo la idea de que la psique está compuesta por diversas partes, y una de ellas es el “niño interior”
El concepto de “niño interior” en psicología jungiana se refiere a una parte de la psique humana que representa la experiencia y la expresión de la infancia dentro de la psique de un adulto.
El niño interior no se refiere simplemente a la edad cronológica de la infancia, sino más bien a las experiencias emocionales, las heridas, las alegrías y los patrones de comportamiento que se formaron durante la infancia y que aún tienen un impacto en la vida del individuo adulto. Estas experiencias pueden ser tanto positivas como negativas y pueden influir en la forma en que una persona se relaciona consigo misma y con los demás.
Algunas características asociadas con el niño interior pueden incluir la espontaneidad, la creatividad, la curiosidad, pero también pueden surgir aspectos más vulnerables o heridos que puedan necesitar atención y curación. La idea es que reconociendo y conectando conscientemente con el niño interior, una persona puede comprender mejor sus patrones de comportamiento, superar traumas no resueltos y trabajar hacia la integración y el equilibrio psicológico.
Cada día aplico técnicas en mis sesiones para explorar y trabajar con el niño interior.
Estos procedimientos de terapia implican trabajar con:
La imaginación activa: Como medio de conexión con el niño.
El diálogo interno para darnos recursos a nosotros mismos desde el entendimiento actual de la vida
La introspección: Como medio de conocimiento y por tanto de aplicar las habilidades adecuadamente.
Regresión a la infancia: Que facilita la vivencia y así poder abordarla con herramientas más constructivas.
Estos enfoques buscan ayudar a mis consultantes y alumnos a sanar heridas emocionales, liberar bloqueos emocionales, experiencias traumáticas, creencias limitantes y desarrollar una conexión más consciente, estable y saludable con su niño interior.
Problemas derivados de no estar en conexión con el niño interior
La desconexión con tu niño interno dará lugar a problemas psicológicos y emocionales muy comunes, como:
Bloqueo emocional: Si una persona no está conectada con su niño interior, tendrá dificultades para expresar y comprender sus propias emociones,lo que se traduce en bloqueos emocionales, donde existen emociones no procesadas o reprimidas que afectan la salud mental.
Patrones de comportamiento repetitivos:Los patrones de comportamiento formados durante la infancia persisten en la vida adulta. Sin conexión con el niño interior, se repiten patrones disfuncionales, sin ser consciente uno de ello.
Falta de autenticidad: Sin la conexión con el niño interior se está desconectado de nuestras necesidades, deseos y autenticidad emocional, y podemos sentirnos perdidos o insatisfechos en la vida.
Dificultades en las relaciones: Cuando falta una buena conexión con nuestro niño, manifestaremos patrones de relaciones poco saludables, dificultades para establecer límites o dificultades para confiar en los demás.
Falta de creatividad y juego: Doy gran énfasis en mis sesiones a “poner tiempo y foco en la creatividad ya que el niño interior está totalmente asociado con ella, con la imaginación, ingenio para solucionar problemas y la capacidad de juego. La desconexión de estas cualidades llevará a una sensación de estancamiento en la vida y la pérdida de la capacidad de disfrutar de actividades lúdicas. Asi que no olvides desarrollar y practicar actividades creativas “a diario”!
Problemas de autoestima: La autoexploración y la aceptación de las partes vulnerables de uno mismo son esenciales para construir una sólida autoestima, y cuando hacemos trabajo con nuestro niño tomamos consciencia de esas partes para fortalecerlas o sanarlas.
Ejercicio con tu niña interior:
La visualización con el niño interior es una técnica utilizada en terapia y desarrollo personal para reconectar con aspectos emocionales y experiencias de la infancia.
Este ejercicio te ayudará a explorar y comprender mejor tus emociones, así como a fortalecer la conexión emocional contigo mismo. Puedes repetir este ejercicio tanto como lo sientas necesario y ajustarlo según tus necesidades específicas.
Encuentra un lugar tranquilo: Siéntate o acuéstate en una posición cómoda.
Respira profundamente: Inhala profundamente por la nariz, retén el aliento por un momento y exhala lentamente por la boca. Repite este proceso varias veces hasta que te sientas relajado.
Visualiza un lugar seguro: y tranquilo, como un jardín, una playa, una nube, un bosque… donde te sientas calmada y segura.
Pídele a tu niña interior que te acompañe: Imagina que aparece tu niña, tal vez de 4, 5 ó 6 años. Cualquier edad que llegue es perfecta. Visualiza qué ropa lleva y cómo se siente.
Establece una conexión con ella: Acércate a ella con cariño y amor. Puedes hablarla, abrazarla o simplemente estar presente. Observa sus expresiones y gestos, y permítete sentir emociones asociadas. Estas en un lugar seguro.
Conversación:
Comienza diciéndole como la admiras por todo lo que ha sido capaz de hacer.
Saber decir NO, es una habilidad muy valiosa y necesaria para nuestra salud mental que afecta directamente al control de nuestra vida.
Resulta especialmente difícil ser asertivo cuando hay que trazar límites con familiares jefes y amigos ¿Verdad?.
Y te preguntarás ¿Por qué carezco de estas habilidades sociales?
Las causas más habituales de la falta de asertividad y de habilidades sociales se relacionan con:
Falta de autoestima sostenida por el miedo, la culpa y la indecisión
Imagen personal pobre
Entorno familiar muy exigente
Entorno escolar muy exigente
Abundancia de castigos en la infancia
Falta de apoyo o poco apoyo en el desarrollo y aprendizaje normal durante la infancia
Comportamiento espejo de papá o mamá – Cuando un progenitor carece de asertividad, el niño aprende y copia dicha conducta como herramienta de gestión emocional.
Quiero detallarte algunas de las razones psicológicas detrás de la dificultad para decir no que puedes trabajar en tu autobservación y modelación de patrones limitantes:
Baja autoestima: Las personas con baja autoestima tienen miedo a rechazar las solicitudes de otros por temor a ser juzgados o perder la aprobación de los demás. Se busca quedara bien siempre, que se nos considere responsables y amables.
Padecer de buenismo: Tener un mal concepto de “soy una buena persona”, quedar bien hasta con los malos, ceder con benevolencia ypor lo tanto colocar a los demás en primer lugar como acto de bondad, implica no relacionarte de manera sana y asertiva.
Miedo al conflicto: Decir no a menudo implica enfrentar conflictos potenciales, lo cual puede ser aterrador para algunas personas. Temen las confrontaciones y prefieren evitarlas a toda costa. De echo, esto es uno de los motivos más habituales.
“Hace algún tiempo tuve una sesión online con Andrés, un hombre de unos 60 años que buscaba una terapia para el trauma. Después de varios ejercicios de introspección, donde pudimos ver qué efectos sufría, debidos a experiencias pasadas y comportamientos aprendidos de las mismas, salió a la luz su comportamiento evitativo ante cualquier tipo de conflicto, por muy ridículo que fuese, y lo aterrador que le resultaba confrontarse a otros.
Una vez reprogramada su vivencia traumática en las sesiones y haber cambiado varias creencias sobre las relaciones con los demás y permitirse ser el mismo, Andrés comenzó a practicar pequeños ejercicios que establecimos donde irían poco a poco mostrando unos límites mucho más sanos y contundentes con su entorno. Para su asombro, de forma casi inmediata a la práctica de estos ejercicios, su entorno comenzó a mirarle con más respeto y Andrés incrementó exponencialmente la confianza en sí mismo y por tanto en la vida. “
Necesidad de aprobación: Las personas que tienen una fuerte necesidad de ser aceptadas y aprobadas por los demás suelen tener dificultades para decir no. Temen que si dicen no, los demás los verán como egoístas o desagradables y básicamente no serán aceptados.
Culpa y remordimiento: Algunas personas sienten culpa o remordimiento al decir no, especialmente si están acostumbradas a complacer a los demás. Es probable que esta culpa esté arraigada en experiencias pasadas o creencias limitantes sobre su valía personal.
Patrones de crianza: La forma en que fuimos criados sin duda influye principalmente en nuestra capacidad para establecer límites. Si crecimos en un entorno donde se esperaba que siempre complaciéramos a los demás, deberemos “desaprender estos patrones” en la edad adulta.
Miedo al rechazo: Decir no puede hacer que algunas personas teman el rechazo por parte de quienes les pidieron algo. El miedo al abandono o a ser excluido llevará a la incapacidad para establecer límites claros.
Falta de habilidades de comunicación asertiva: para expresar los propios deseos y necesidades de manera sana lleva a evitar decir no para evitar situaciones incómodas.
“Otro ejemplo de terapia, es el de Juan Carlos, quien me solicitó una sesión de hipnosis online. Juan Carlos no comprendía sus estados de rabia y enfado.
Es frecuente ver, en las personas que no saben decir “no”, explosiones de ira que les llevan a expresar sus sentimientos de una forma hiriente. Este comportamiento es el resultado de no saber comunicarse de forma asertiva; Todas las emociones que no se expresan o gestionan debidamente, se acumulan, y la rabia y la frustración acaban manifestando su verdadero parecer de forma poco constructiva. Sin duda fue un proceso muy transformador para Juan Carlos, pero especialmente liberador, puesto que estas emociones nos atrapan y manejan a niveles muy inconscientes donde, en la mayoría de los casos, ser uno mismo, resulta difícil”
Superar la dificultad para decir no implica trabajar en estos aspectos a nivel emocional y psicológico. Esto incluirá desarrollar la autoestima, aprender habilidades de comunicación asertiva, establecer límites claros, y aprender a manejar el miedo al conflicto y al rechazo. La terapia será muy útil para abordar estos problemas y aprender a decir no de manera efectiva y calmada.
Así mismo, me gustaría exponerte algunas posibles maneras de relacionarte de forma respetuosa y asertiva:
Explica y comunica tus razones: Si hay alguna razón específica por la que no puedes aceptar el compromiso, como un problema de salud o un conflicto de horario, explícalo de manera respetuosa y sincera. explica por qué no quieres hacer lo que te piden. Esto ayudará a que tu familia y conocidos entiendan tu postura y te respete. Valora que tus necesidades estén en primer lugar.
Ofrecer alternativas: Si te sientes mal al decir que no, puedes ofrecer otras opciones para ayudar a la persona sin comprometerte a algo que no puedes hacer. Por ejemplo, si no puedes asistir a un evento, podrías ofrecerte para ayudar a organizarlo o contribuir de alguna otra manera.
Utiliza “yo” mensajes: en lugar de culpar a otros o hacer que tu familia se sienta mal, utiliza mensajes que comiencen con “yo” para hacer que tu mensaje sea más claro y asertivo. Por ejemplo, “Yo no puedo hacer eso porque tengo otras responsabilidades en este momento” en lugar de “Tú siempre me pides que haga cosas”.
Utilizar frases de transición: Si te sientes incómodo al decir que no directamente, puedes usar frases de transición para suavizar tu respuesta. Por ejemplo, “Lo siento, pero no puedo aceptar ese compromiso en este momento” o “Agradezco la invitación, pero voy a tener que decir que no”.
Expresar tu disponibilidad actual: Puedes decir que no puedes aceptar el compromiso en este momento porque ya tienes otros compromisos previstos o porque necesitas más tiempo para ti mismo.
Sé claro y conciso:no te sientas obligado a dar explicaciones largas o justificaciones detalladas. Simplemente di “no” y déjalo en eso.
Mantén tu postura: si insisten en que hagas algo que no quieres hacer, no cedas. Mantén tu postura y sé firme en tu decisión.
Es importante ser respetuoso y considerado al decir que no a un compromiso, pero también es importante ser honesto y no comprometerse a algo que no puedes hacer.
Es normal sentirse presionado por la familia o compañeros de trabajo a veces, especialmente cuando se trata de hacer cosas que no queremos o que van en contra de nuestros propios valores o deseos. Sin embargo, es importante recordar que tienes derecho a decir “no” y a tener tu propia independencia y autonomía.
Recuerda que es importante tener en cuenta los sentimientos de las personas con las que te relaciones, pero es aún más importante ser fiel a ti mismo y a tus propios valores y deseos.
En el contexto de la psicología, los límites saludables son establecidos por los padres que asumen el papel del “Padre Asertivo”.
El Padre Asertivo es un arquetipo parental que se caracteriza por establecer límites claros y saludables, al mismo tiempo que muestra empatía y apoyo hacia el niño. Este tipo de padre permite que el niño explore y desarrolle su independencia, al tiempo que establece reglas y estructura para mantener un ambiente seguro y amoroso.
Los padres asertivos son capaces de decir “no” cuando es necesario y de aplicar consecuencias adecuadas a las acciones del niño. También son capaces de comunicar sus expectativas de manera clara y coherente, lo que brinda al niño un sentido de seguridad y comprensión sobre lo que se espera de él.
Es importante tener en cuenta que ningún padre es perfecto y que todos los padres pueden mostrar diferentes arquetipos en diferentes situaciones. Sin embargo, los padres que siguen el arquetipo del Padre Asertivo tienden a criar niños que tienen una comprensión saludable de los límites, el respeto por los demás y una buena autoestima.
No saber decir no, no es una tendencia de nuestro comportamiento que nos afecta, y lo hace de un modo decisivo, haciendo que percibamos falta de control en nuestra vida. Y es la percepción de control, una de las claves en una buena gestión emocional.
Reprogamar la manera que aprendimos a relacionarnos desde niños es fundamental y para ello te ofrezco sesiones eficaces enfocadas en construir nuevos programas y hábitos al respecto.
La gratitud es un sentimiento de aprecio y reconocimiento hacia algo o alguien. Es una actitud positiva que implica reconocer y valorar las cosas buenas que recibimos, ya sea tangible o intangible, así como las acciones, favores, amabilidad, generosidad o cualquier otro acto positivo realizado por los demás.
Lo maravilloso de la gratitud es quepuede manifestarse en diferentes ámbitos de nuestra vida, incluyendo las relaciones personales, el trabajo, la salud, los logros, la naturaleza y muchas otras áreas!
Pero lo más importante es que, al practicar la gratitud, estamos centrando nuestra atención en lo positivo y en lo que tenemos, en lugar de enfocarnos en lo negativo o en lo que nos falta. Y este es un ejercicio potentísimo de reprogramación mental.
Está científicamente comprobado que practicar la gratitud regularmente produce numerosos beneficios para nuestra salud y bienestar. Algunos de ellos son:
Mejora nuestro estado de ánimo
Reduce el estrés
Mejora la calma mental
Fortalece nuestras relaciones
Aumenta la resiliencia(capacidad de enfrentar las adversidades de la vida)
Nos ancla en la presencia y el presente (puesto que solo se puede practicar la gratitud desde el ahora)
Mejorar nuestra perspectiva general de la vida, etc.
Es una poderosa herramienta para cultivar el bienestar y la felicidad en nuestra vida diaria.
Cómo transforma la gratitud nuestro cerebro
La práctica regular de la gratitud sin lugar a dudas tiene un gran impacto positivo en nuestro cerebro. Principalmente se producen cambios en las regiones cerebrales y en los procesos cognitivos que pueden influir en nuestra salud mental y bienestar. Aquí hay algunas formas en las que la gratitud puede transformar nuestro cerebro:
Activación de áreas cerebrales positivas: La gratitud activa regiones cerebrales asociadas con emociones positivas, como el córtex prefrontal medial y la corteza cingulada anterior. Estas áreas están relacionadas con la regulación emocional, la empatía y la conexión social.
Aumento de la producción de neurotransmisores: C omo la dopamina y la serotonina, que están relacionados con la sensación de bienestar y felicidad.
Reducción del estrés y la ansiedad: Disminuye la actividad en la amígdala, una región cerebral relacionada con el procesamiento del miedo y la respuesta al estrés.
Mejora de la resiliencia: Al promover un enfoque positivo, aumenta la capacidad de encontrar aspectos positivos en situaciones desafiantes y aumentar la capacidad de recuperación.
Cambios en la percepción de las experiencias: Nuestro cerebro se adapta a buscar y reconocer las cosas positivas en nuestras vidas. Lo que cambia percepción y entendimiento de lo que vivimos.
Mejora de las relaciones sociales: La gratitud fomenta la apertura hacia los demás y fortalece los vínculos sociales. Al expresar gratitud hacia los demás, se fortalecen las conexiones sociales y se crea un ambiente más positivo, lo cual tiene un impacto beneficioso en nuestro bienestar emocional.
Es importante tener en cuenta que estos efectos pueden variar de una persona a otra y que la gratitud no es una solución mágica para todos los desafíos mentales y emocionales.
7 ejemplos prácticos de crear la gratitud como un habito
Si lo que deseas es empezar a practicar la gratitud, hay varias formas en las que podemos fomentar, mejorar e incrementar el sentimiento de gratitud en nuestras vidas.
Aquí tienes siete ejemplos prácticos de cómo convertirlo en un hábito:
Practica la reflexión diaria: Tómate unos minutos al final del día para reflexionar sobre las cosas positivas que sucedieron. Agradece por los momentos, logros, experiencias o personas que te hicieron sentir bien. Puedes llevar un diario de gratitud y anotar al menos cinco cosas por las que te sientas agradecido cada día. Este ejercicio del cuaderno de gratitud es uno de los mas efectivos y que llevo años enseñando en mis talleres. Ayuda a cambiar tu enfoque de manera contundente y también cambia tu realidad donde comienzas a experimentar y ver mas gratitud en tu vida.
Expresa tu gratitud: No te quedes solo con el sentimiento de gratitud, exprésalo. Toma el tiempo para agradecer sinceramente a las personas o hacia aquello que sientes que te han ayudado o han tenido un impacto positivo en tu vida. Puedes hacerlo verbalmente, por escrito o incluso mediante pequeños gestos de aprecio.
“Susana P. estaba en consulta conmigo debido a ciertos bloqueos en su comunicación con su entorno. Su falta de asertividad se combinada con agresividad verbal. No sabía dónde estaba el equilibrio perfecto para expresar lo que sentía y quería a sus familiares y amigos. Recuerdo su obstinación en sostener que no era necesario decir “te quiero” a sus hermanos y sus padres porque ya lo demostraba con sus actos.
Y ciertamente, indispensable no era, pero si es cierto que comunicar verbalmente o por escrito, esas palabras, no produce el mismo efecto en la otra persona que cuando realizamos actos de cariño y amor. Yo diría que se complementan.
De modo que Susana P. empezó a practicar expresando su gratitud y te quiero de manera escrita, primero mediante WhatsApps y más adelante de formal verbal.
¡Hay que reconocer qué fue todo un proceso! Algo tan aparentemente sencillo se convirtió en un acto de valentía y ruptura de creencias muy profundas para conectar con una comunicación interna mucho más sincera, profunda y natural. Todo un proceso de expansión”
Encuentra el lado positivo en los desafíos: Incluso en momentos difíciles, es posible encontrar algo por lo que estar agradecido. Enfócate en los aspectos positivos o en las lecciones aprendidas de las experiencias adversas. Esto puede ayudarte a cultivar una perspectiva de gratitud incluso en situaciones desafiantes.
Sé consciente del presente: Practica la atención plena y enfócate en el momento presente. Observa y aprecia las pequeñas cosas que suceden a tu alrededor: un amanecer, el aroma del café, una conversación significativa. Al estar presente, aumentas tu capacidad de reconocer y valorar las cosas buenas que te rodean. Verás como todo eso te hace sentir realmente bien! Un poquito de midfulness, meditación o respiraciones te ayudará a ello.
Lleva a cabo actos de bondad: Realiza actos de bondad y generosidad hacia los demás. Ayudar a alguien, ser amable o hacer un favor desinteresado no solo beneficia a los demás, sino que también nos brinda una sensación de gratitud y satisfacción.
Cultiva relaciones significativas: Valora y nutre tus relaciones personales. Muestra aprecio hacia tus seres queridos y demuéstrales que te importan. La conexión y el apoyo mutuo en las relaciones pueden fortalecer el sentimiento de gratitud y crear un círculo virtuoso de apreciación mutua, además, te ayudará a conocerte mejor.
Sé consciente de tus privilegios: Reflexiona sobre las cosas que a menudo das por sentado, como tener un techo sobre tu cabeza, acceso a comida, educación o salud. Reconoce tus privilegios y agradece por ellos. Esta toma de conciencia puede ayudarte a valorar más lo que tienes.
Recuerda que crear un hábito de gratitud requiere práctica constante y compromiso. A medida que integres estas prácticas en tu vida diaria, notarás cómo el sentimiento de gratitud se fortalece y cómo te beneficia emocionalmente.
Cómo bloqueamos la gratitud incluso sin saberlo
A veces, podemos bloquear o dificultar el sentimiento de gratitud sin siquiera saberlo. Aquí algunos posibles obstáculos y cómo superarlos:
Enfoque en lo negativo: Si nuestra atención se centra principalmente en lo negativo o en lo que nos falta, es probable que no podamos reconocer y apreciar las cosas positivas. Es importante practicar el cambio de enfoque hacia lo positivo y entrenar nuestra mente para buscar y valorar lo bueno que nos rodea.
Solución: Practica la gratitud diaria, dedicando tiempo a reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido. Puedes empezar por cosas simples, como tener comida en la mesa o un techo sobre tu cabeza. Gradualmente, amplía tu enfoque para reconocer otras bendiciones en tu vida. Rodearte de personas agradecidas es un plus!
Comparación constante: Cuando nos comparamos con los demás, especialmente en las redes sociales, podemos sentirnos insatisfechos con lo que tenemos y perder de vista lo que ya poseemos. La comparación constante puede bloquear la gratitud y generar sentimientos de envidia o insuficiencia.
Solución: En lugar de compararte con los demás, concéntrate en tu propio progreso y en las cosas que valoras en tu vida. Reconoce tus propias bendiciones y esfuerzos. Limita el tiempo que pasas en las redes sociales y recuerda que lo que ves en línea no siempre refleja la realidad completa de la vida de las personas.
Falta de conciencia y atención plena: Si vivimos nuestras vidas de manera automática y sin prestar atención al presente, es probable que pasemos por alto las cosas por las que deberíamos sentir gratitud. La falta de conciencia puede bloquear nuestra capacidad de reconocer y apreciar las experiencias positivas.
Solución: Practica la atención plena y la conciencia en tu vida diaria. Dedica tiempo a estar presente y consciente de tus experiencias, emociones y entorno. Observa y aprecia los pequeños detalles y momentos que a menudo pasamos por alto. Esto te ayudará a estar más conectado con tus sentimientos de gratitud.
Falta de expresión y acción: A veces, podemos sentir gratitud en nuestro interior, pero no lo expresamos o no tomamos medidas para mostrarlo. No expresar y actuar en consecuencia puede bloquear la gratitud y mantenerla como un sentimiento pasivo.
Solución: Expresa tu gratitud verbalmente o por escrito. Agradece a las personas que te han ayudado o han tenido un impacto positivo en tu vida. Realiza actos de bondad y generosidad hacia los demás. Al tomar medidas tangibles, estarás fortaleciendo tu sentimiento de gratitud y compartiéndolo con los demás.
Al identificar y superar estos obstáculos, desbloqueas y fortaleces tu sentimiento de gratitud, permitiéndote experimentar sus beneficios y alegría en tu vida.
En resumen, practicar la gratitud abarca un amplio ámbito y se refiere a la actitud de reconocimiento y aprecio hacia las cosas positivas en nuestra vida, así como hacia las acciones y gestos positivos de los demás.
Una emoción negativa es aquella que se siente cuando estamos tristes, enfadados, frustrados o preocupados. Las emociones negativas son una parte natural de la experiencia humana y suelen ser una respuesta a situaciones difíciles o estresantes. Algunas emociones negativas comunes incluyen tristeza, ira, miedo y ansiedad. Es importante reconocer y gestionar adecuadamente las emociones negativas para poder vivir de manera saludable y equilibrada.
¿Por qué no queremos sentir emociones negativas?
Es natural no querer sentir emociones negativas ya que a veces pueden ser difíciles de manejar. Sin embargo, es importante recordar que todas las emociones son una parte natural de la experiencia humana y que tienen una función importante en nuestra vida.
Estas emociones desagradables son una señal de que algo en nuestra vida no está bien y nos está afectando de alguna manera.
Así que te invito a mirarlas desde dos lados positivos:
Cuando las emociones negativas se vuelven intensas o persistentes, afectarán claramente la calidad de vida y el bienestar emocional.
Aquí hay algunos pasos que puedes seguir para gestionar tus emociones negativas de manera más efectiva:
Acepta tus emociones: A menudo, negamos y nos resistimos a ellas, lo cual sólo las hace más intensas. Para gestionarlo mejor, este es el proceso que debes seguir:
Mirar y aceptar que estás sintiendo
Darte permiso para sentir esas emociones
Elimina la culpa por sea lo que sea que estés sintiendo
Identifica que está causando tus emociones: Haces preguntas tipo ¿Hay algún evento o situación específica que esté desencadenando estas emociones? ¿Podría haber algún patrón o tema común en las cosas que me hacen sentir mal? ¿Me ha molestado más de lo que pienso lo que he leído, oido o visto? Una vez que identifiques la causa de tus emociones, podrás trabajar en encontrar maneras de manejar esas situaciones mucho mas efectivas.
Practica la respiración profunda y la relajación: Ayuda a calmar tu cuerpo y mente y a reducir la intensidad de las emociones negativas mediante relajaciones y respiraciones. Simplemente tomar unos minutos para sentarte en un lugar tranquilo y cómodo, cierra los ojos y respira profundamente a través de tu nariz. Exhala lentamente a través de la boca. Puedes contar tus respiraciones o decir una palabra o frase tranquilizadora para ti mismo mientras respiras. Puedes, igualmente, probar sesiones de hipnosis para bajar estados de estrés, preocupación o negatividad.
Escribe sobre cómo te sientes: Escribir sobre tus emociones es una manera útil de procesarlas y comprenderlas mejor, así como de permitirte reconocer y expresar lo que guardas dentro. Reflexiona a través del papel sobre cómo te sientes y qué podría estar causando esas emociones pues solo el hecho de poner las cosas por escrito te ayudará a verlo todo de manera más clara y a encontrar maneras inesperadas para una gestión más efectiva de las mismas.
Habla con alguien de confianza: Compartir tus sentimientos con un amigo, familiar o terapeuta aliviará tu carga emocional y te proporcionará apoyo.
Cambia tu perspectiva: Trata de ver las situaciones desde diferentes ángulos. Ser flexibles, cuestionar nuestras creencias y cambiar la forma en que interpretamos una situación, cambia las emociones asociadas a ella.
Recuerda que cada persona es diferente, por lo que es posible que necesites probar varias técnicas para descubrir cuál funciona mejor para ti. Además, si encuentras que las emociones negativas son abrumadoras o interfieren significativamente en tu vida diaria, considera buscar ayuda profesional de un terapeuta.